La poesía es la memoria sensible que nos perpetúa como humanos.
Por eso mismo, un taller de poesía no es solo un laboratorio que trabaja
sobre el arte de combinar palabras; no es un curso que desarrolla
un manual de técnicas frías. Aquí, hoy y siempre, la poesía es el ejercicio
de un espíritu solidario, crítico y lúcido. Los poetas aquí reunidos,
en plena libertad, han afrontado el reto de romper el silencio y el
ruido de una época en que, como nunca antes, se producen más palabras
(en las redes sociales, por ejemplo), pero también más olvido.