La obra de Platón (427-347 a.C.) constituye uno de los pilares sobre los que se funda la tradición filosófica de Occidente. Desde edad temprana se formó en diversos ámbitos del conocimiento: aunque se le recuerda como filósofo, también se dedicó a las artes, la poesía e incluso los deportes. Discípulo de Crátilo en sus inicios, a los veinte años conoce a quien sería su mentor y una figura clave en su formación: Sócrates. Bajo su influencia, y gracias a su formidable talento para la especulación filosófica y las indagaciones de lo cognoscible, su sistema de pensamiento adquiere forma. Fundó la Academia en el 387 a.C., institución en la que se formó otro de los grandes pensadores griegos de la época, Aristóteles, y cuya influencia se extiende a través de los siglos hasta nuestros días. La filosofía de Platón es considerada todavía por pensadores contemporáneos como axial para la comprensión del pensamiento europeo.
Su obra trata los temas más variados: desde la filosofía política hasta la cosmología, sin desatender asuntos como la educación, la metafísica, la epistemología, la cosmogonía, el saber y la opinión. Sus obras son famosas por la peculiaridad de su composición en diálogos, en los que sobre un esquema de preguntas y respuestas el filósofo define, plantea dudas e indaga sobre un tema de su interés.
El Banquete es un diálogo que resalta no solo por su suprema hermosura sino también por su ingenio y profundidad. Además, es un retrato vívido de la cultura y costumbres de la Grecia clásica. En palabras de Anacleto Longué y Molpeceres, traductor de la obra, “ella sola bastaría para acreditar que Platón, no solamente era el filósofo de lo sublime y de lo divino, sino también artista por excelencia, orador, poeta y dramático insigne”.
Anacleto Longué y Molpeceres, filósofo, teólogo y conocedor de las lenguas clásicas, nacido en Valladolid, dedicó parte importante de su vida al conocimiento de las lenguas; así, estudió griego, francés, hebreo e inglés. Su espléndida traducción de El Banquete, destaca no solo por su fidelidad sino también por haber sabido conservar las virtudes del diálogo maestro de Platón. Fue catedrático en las universidades de Sevilla, Salamanca y Central. En el número 22 de esta colección, hemos publicado su traducción de cuatro diálogos de Platón reunidos bajo el título El juicio y la muerte de Sócrates.
Ion, uno de los primeros diálogos que escribió Platón, es el resultado de un feliz acercamiento a la poesía. Este es un diálogo de forma directa en que, bajo la apariencia de una discusión sobre el arte del rapsoda Ion, Platón, hábilmente por boca de Sócrates y por medio de la mayéutica, nos conduce al arte sobre el que en realidad quiere tratar: la poesía.
Adolfo Bonilla y San Martín estudió derecho y filosofía en la Universidad Central de Madrid. Fue discípulo de Marcelino Menéndez Pelayo. En el transcurso de su vida académica publicó múltiples estudios jurídicos, filosóficos, literarios y ediciones filológicas principalmente sobre literatura española que gozan de un gran reconocimiento. Su versión del griego del Ion es un trabajo ejemplar que puede estimarse como un verdadero clásico de la traducción.