ISBN 978-612-327-087-2

Reseña

Pablo Teruel es un acomodado estudiante de derecho que ha
decidido dar una pausa a sus estudios para trabajar en el diario El
Centinela como periodista. Un amigo suyo, Antonio Loo, le encarga
resolver un misterio que está remeciendo secretamente a su
comunidad: durante las noches algunas de las casas comerciales
chinas están siendo inundadas por una sustancia que no parece
agua común, las paredes resultan ennegrecidas y rodea la
atmósfera un olor a opio. Paralelamente a Teruel se le asigna
escribir una crónica sobre los comercios chinos lo que le sirve de
pretexto para empezar sus investigaciones. Para ello, recurre a
amigos intelectuales de la época como Jorge Basadre y Alejandro
Deústua para develar el misterio.
Durante el proceso de investigación, aparece Carlos Li, un joven
hijo de comerciantes, quien se echa la culpa de los atentados; sin
embargo, Teruel mantiene sus dudas al respecto y pide a la policía
un plazo para continuar investigando hasta que una sociedad
secreta lo secuestra para que los mantenga actualizados sobre sus
descubrimientos y su opinión sobre la responsabilidad de Li.
Finalmente, Teruel identifica, gracias al tradicional cubo chino, la
localización del siguiente ataque y presencia una serie de eventos
sobrenaturales, los que le hacen llegar a una conclusión que no
tiene lógica común, sino una explicación mística: las energías del
callejón querían recordarles a los chinos, ahora exitosos, su pasado
y sus tradiciones para que no las olviden.