A finales del 2011, Pedro Cateriano recibió una llamada de Palacio de Gobierno: el presidente de la república, Ollanta Humala, le ofrecía liderar el Ministerio de Defensa. Tras analizarlo con detenimiento, decidió aceptar el cargo. Casi diez años después de su paso por el Ministerio de Justicia y a más de treinta de su juramentación como diputado por el Movimiento Libertad, volvía a la vertiginosa e insomne vida política. La vocación de servicio no se esfuma aunque los sinsabores acechen a cada paso, Cateriano lo sabía bien.