La violencia basada en género contra las mujeres está enraizada en el
Perú. La sufren mujeres de todas las edades, sectores sociales, identidades, etcétera. Se trata de una violencia perpetrada en diferentes espacios por particulares, pero también por el Estado, ya sea por acción u omisión.
En este sentido, no estamos ante casos aislados que responden a
situaciones concretas que afectan a algunas, sino que se trata de la existencia de órdenes de género, de dominio masculino, en los que la violencia
contra las mujeres, en su diversidad, resulta instrumental para la
supervivencia de dichos órdenes. Angélica Motta (2019) nos recuerda,
además, que la organización del género está fundada en la heterosexualidad y, por ello, no solo origina opresión y violencia contra las mujeres sino contra todas aquellas personas que desafían la heteronormatividad.