En la actualidad, los casos en los que se vulneran los derechos humanos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales (LGBTI), en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, no han cesado, a pesar de los múltiples esfuerzos que se realizan para evitarlos. El respeto, la igualdad, la dignidad y la lucha por la integridad emocional y física encuentran aún muchas barreras que se manifiestan en tratos discriminatorios y violentos basados en el prejuicio. En ese sentido, los Estados mantienen una deuda histórica en materia de protección y justicia, que es preciso resolver. Para ello, resulta fundamental fortalecer las capacidades de todas las personas defensoras de los derechos humanos de la diversidad sexual y de género, que buscan reivindicar sus identidades, en distintos campos y mediante diversas estrategias.