Luego de una larga carrera de espanto tratando de ganar distancia a un virus invisible que podía estar en cualquier parte, incluso entre los amigos más íntimos o entre los mismos miembros de la familia, resulta gratificante y esperanzador leer este libro que tiene como propuesta principal el aprendizaje de nuevos conocimientos, para utilizarlos como nuevos mecanismos de defensa frente a la incertidumbre generada tanto por el cambio constante de la realidad contemporánea, como por el contexto de pandemia que vivimos.
Las propuestas de Otras formas de aprender y enseñar, abriendo las puertas del aula y de la escuela, están orientadas a promover la construcción de estrategias y aprendizajes colectivos en las aulas, para poder manejar con mayor acierto situaciones desconocidas como el aislamiento en una pandemia, a través del proyecto Pamddec; la familiarización de los estudiantes con la lectura, con el método LLEER; la utilización abierta de las bibliotecas escolares; la producción de discursos orales y escritos y, sobre todo, la capacidad de asumir nuevos retos sin temor alguno.
Si bien es cierto, está dirigido básicamente a los docentes y al espacio de las aulas, lleva, sin embargo, implícita la propuesta de nuevos aprendizajes para un público mayor de todas las especialidades profesionales y del ámbito familiar, y nos lleva también al entendimiento de que nuestros espacios familiares, comunales y, acaso, nacionales, pueden convertirse en un aula mayor donde se pongan en práctica las nuevas formas de aprender y enseñar, para reconstruir nuestra calidad humana y nuestras relaciones interpersonales destruidas por la exacerbada invasión tecnológica, la oceánica oferta de conocimientos disponibles a través de las redes y otros medios y, por los efectos del distanciamiento a raíz de la pandemia.