Los lectores tendrán un viaje imaginario a cada una de las realidades que se narran. Estos textos son una oportunidad para los jóvenes amantes del teatro que desean actuar, dirigir o realizar sus propios proyectos. También es una oportunidad para las personas de teatro, no tan jóvenes, que deseen montarlas desde el aporte de la experiencia. No olvidemos que la labor de un dramaturgo se fructifica en la medida de que existan personas dispuestas a interpretar esas historias sobre un escenario.
Arturo Salazar Monroy