“El corazón y la sociedad, el uno puesto al frente de la otra, han sido en todo tiempo los mismos, y las lecciones de pasado, son siempre útiles en el presente.
Hima Sumac será juzgado por la crítica imparcial, no como muy modestamente lo llama su autora: ‘un ensayo imperfecto, indigno de un público ilustrado’; es mucho más: es una pieza dramática con todas las condiciones que el arte exige.”