Los servicios de investigación y extensión juegan un rol clave en el incremento de la productividad y, en consecuencia, de la innovación agraria. En América Latina, en décadas anteriores, dichos servicios aún no habían logrado adaptarse a las circunstancias cambiantes. Es así que, con miras a impulsar el desempeño de los sistemas de investigación y extensión agraria, los gobiernos de América Latina —con el financiamiento del Banco Mundial— iniciaron una serie de reformas institucionales dirigidas a la sostenibilidad del financiamiento de la investigación y la transferencia tecnológica bajo un conjunto de principios comunes: diversificación en la ejecución y el financiamiento, asignación de fondos por concurso, financiamiento impulsado por la demanda, promoción de la autonomía de las comunidades locales y mayor participación del sector privado en la ejecución.
En el Perú, dichas reformas fueron canalizados a través del INCAGRO (Programa Innovación y Competitividad para el Agro Peruano), del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) del Ministerio de Agricultura. Su principal objetivo es promover la investigación, extensión e innovación agraria orientada a la competitividad a través de fondos concursables para el cofinanciamiento de proyectos de Ciencia, Tecnología e Innovación. En la fase II de INCAGRO, las actividades de extensión fueron promovidas por el programa en el marco del proyecto de Fortalecimiento del Mercado de Servicios para la Innovación. En este contexto, el presente estudio se planteó el objetivo de determinar si el equipo técnico, la administración de los fondos, el periodo y monto asignado, la asociatividad y la competitividad de los planes de servicio de los proyectos de extensión agraria, generan mejor impacto social en la organización de los productores agrarios de las regiones de San Martín y Amazonas, durante el período 2005-2010.