Carabelas de invasores de tierras lejanas han llegado al Tawantinsuyo, Francisco Marrano y sus esbirros están dispuestos a todo con tal de tomar el control de estas tierras. El poder de los bestiales, guardianes del imperio, palidecerá ante esta amenaza y los obligará a buscar aliados en las inexploradas regiones de la selva del Antisuyo. El fortalecimiento de los lazos de amistad en el interior del equipo y el empoderamiento vital del kallpa de algunos, jugarán un papel determinante en el desarrollo de los hechos.
Aparece una amenaza de antaño, se revelan ciudades místicas y contiendas épicas son libradas a causa de la llegada de los conquistadores.