César Félix Sánchez Martínez hace vivir para nosotros a un hombre clave en la vida intelectual del Perú, Bartolomé Herrera Vélez (1808-1864), quien terminó su multifacética carrera como obispo de Arequipa. Herrera es importante no sólo por su actuación en la vida pública de la joven república en tiempos críticos —un aspecto de su vida que ha sido ampliamente comentado— sino también y especialmente por su filosofía, de la que Sánchez ofrece el primer estudio explícito. Disponemos de dos obras que representan el pensamiento maduro del obispo: los textos de dos cursos que impartió en el seminario arquidiocesano de San Jerónimo: el Tratado de Lógica y su obra maestra, el Tratado de Teodicea (1872). «Teodicea» aquí guarda su doble sentido de «teología natural» y de «apología de Dios» en el contexto del mal. El Tratado de Teodicea fue una de las primeras obras en el Perú que entabló un debate con la filosofía moderna y representa una importante renovación de la tradición metafísica del país.