Vivimos en la época del adormecimiento de la consciencia, el momento histórico en el que nos podemos cuestionar sobre la gran interconexión de la que formamos parte como humanidad a nivel global.
Las profundidades de la realidad, más allá de replantear conceptos como el tiempo, la realidad o el consciente colectivo, pone sobre la mesa uno de los temas primordiales en el contexto inmediato: la sociedad como un macrosistema capaz de generar consciencia de sí mismo, el cual depende y se configura gracias a cada uno de nosotros. Gracias al constante avance de la globalización y el internet, este nuevo ente se materializa y va tomando forma ante nuestros propios ojos.