¿Montacerdos para títeres? Sí, y nunca tan feliz como ahora al ver un escenario de títeres realizado con los personajes de mi novela. Trasladada al espíritu juguetón de los niños, esta nueva obra para
teatro de títeres me exalta y me provoca soltar una saludable carcajada de niño. Viendo su desarrollo, soy más feliz todavía cuando percibo que, en esencia, la obra y su drama de denuncia y poesía siguen incólumes, tal como en su original.
Piura, 1949-