Así llegamos a los gobiernos de Pedro Castillo y su inefable coda política Dina Boluarte, motivos ambos de las reflexiones que incluye este volumen de Perú Hoy . Y si bien las incapacidades de uno y otra son y fueron manifiestas, achacar exclusivamente a sus características personales y políticas las casi inexistentes cifras de aceptación ciudadana que tienen, la expansión sin límites de la corrupción y la presencia cada vez más visibles de organizaciones criminales en los procesos de toma de decisiones, es simplemente no tomar en cuenta que todos los presidentes de la república que se sucedieron al menos desde el 2001, estuvieron más que lejanos de algo que pudiéramos llamar «sintonía con la población», que la corrupción ha atravesado nuestra vida política durante las últimas décadas y que aún miramos absortos sin atinar a una definición sobre qué es finalmente aquello que denominamos ilegalidad y criminalidad.