Y el eje del universo creador de Heredia consiste en asumir todas las sangres que lo habitan. Una iluminación de su origen y su identidad que no es solo cognitiva y ética, sino también estética (la belleza de la condición humana) y culmina en la entrega amorosa sin barreras ni límites.
Voz en sintonía con nuestro “Perú profundo” (imagen de Jorge Basadre), Heredia nos sumerge en nuestra nación como “problema” y como “posibilidad” (nuevamente, expresiones de Basadre). Reeditar su Obra poética (in)completa resulta oportuno y necesario en el actual marco del Bicentenario de la Independencia.
Ricardo González Vigil
Y es que este gran poeta, Julio Heredia, dispone de dos instrumentos particularmente eficaces: la fuerza de convocatoria y “de fusión de su propio soplo espiritual, y la potencia onírica de su cuerpo. Hallamos nuevamente el llamado rimbaldiano o baudeliriano al viaje: fa repetición de un título a otro de fa palabra Libro, confiere a estos poemarios una connotación evidentemente bíblica, sagrada, en horizontes diversos y multiplicados: Pekín, París, Túnez, Málaga, Senegal, La Rochelle… y luego, periódicamente-, el Perú resurge: dondequiera, el poeta se reencuentra, se redescubre, se identifica, se redefine.
Claude Fell
La imagen que Heredia da aquí de Shanghai es lo más alejado que se pueda imaginar de la tarjeta postal del turista. Para un peruano la cultura china no puede ser exótica, como lo es para el europeo, menos lo puede ser para una sensibilidad tan afinada. Y aquí hablo por mi propia experiencia: para mí China nunca fue extraña, es una cultura que sentí en lo más hondo. No sé dónde estarán las raíces que nos unen a peruanos y chinos, pero es así. No es tampoco romántica la visión que tiene de Shanghai este poeta, es una imagen terrible del ser humano la que entrega.
Oswaldo Reynoso