En ese contexto, Liliana inicia su libro con una expresión sugerente y particular, precisamente, de ese nuevo enfoque con el que se pretende abordar la problemática del divorcio. En la introducción de su obra, Liliana sostiene dos asuntos que consideramos muy relevantes: (i) Si queremos entender lo que hace que un matrimonio funcione, debemos pensar en cómo podría terminar; y, (ii) El divorcio hace extremadamente explícitas cuáles son las reglas tácitas del matrimonio que todos deberíamos entender, pues ello permitiría construir mejores matrimonios.
Esas dos afirmaciones anticipan que la obra que nos propone Liliana no se limita únicamente a exponer los aspectos legales del divorcio -a los cuales hemos estado acostumbrados-, sino a ampliar el enfoque hacia la creación de un entorno propicio para la construcción de relaciones familiares saludables y pacíficas durante y después del proceso de divorcio. A ello la autora denomina una cultura de paz. Esa es, precisamente, la perspectiva diferente o atípica que, a través de un planteamiento disruptivo y desafiante al status quo de la academia, Liliana nos plantea.