El presente libro se divide en tres capítulos. El primer capítulo
trata sobre la evolución del método en la teoría del delito, iniciando
por la escuela clásica, el mismo que se construye sobre dos pilares: el
libre albedrío y la razón, para crear el llamado método racionalista,
abstracto y deductivo. La escuela positivista al tener como objeto de
estudio, el delito, lo concibe como un hecho empírico; privilegiando
la observación de la realidad empírica, al mismo modo como lo hacía
las ciencias de la naturaleza. El método de la escuela técnico-jurídica
y la dogmática penal, se nutre de los aportes de Binding, von Liszt
y Beling, quienes dan nacimiento a la moderna dogmática penal.
El Neokantismo, dividido en dos escuelas: la escuela de Baden y la
escuela de Marburgo, pretenden ampliar el estrecho concepto positivista de ciencia, para comprender también dentro de dicho concepto a las ciencias culturales, y no limitarse sólo a los hechos perceptibles por los sentidos, sino estudiar también los fenómenos espirituales.