Platero y Yo es un «breve libro, en donde la alegría y la pena son gemelas». Así nos lo presenta su autor, en la nota a modo de prólogo de la edición de 1914, Juan Ramón Jiménez: un poeta español de inspiración honda y expresión original.
Considerado como el eco más genuino y castizo de la lira modernista de Rubén Darío y del compromiso social de José Martí, este Premio Nobel de Literatura (1956) es el reformador –según la crítica literaria– de toda la poesía en lengua española.
Las casas blancas, los niños desvalidos y los frágiles animales son misteriosamente narrados en este libro por el alma solitaria del poeta que los conoce y contempla, es decir, nos encontramos ante una biografía lírica de Moguer y sus habitantes cantada por Juan Ramón Jiménez... su hijo natural.
A pesar del lenguaje lírico (repleto de simbolismos y metáforas) que impregna esta obra literaria, y lejos del explícito y detallado realismo de la narrativa española, el escritor consigue engrandecer el sentimiento de la amistad –más allá de lo terrenal– entre un hombre y su fiel burrito Platero.