Seres imaginarios andinos es una invitación para iniciarse en el conocimiento de la literatura oral quechua. El libro está poblado de personajes que, en realidad, no son imaginarios como se anuncia desde una perspectiva occidental, lo cual implica pensar en un cambio epistémico para ver y observar el mundo. Que algunos de estos personajes no sean visibles debido a su “inmaterialidad” no significa que su presencia no sea percibida; pues, existen signos que nos permiten constatar su presencia, que es otra forma de ver a estos entes nada inmateriales. Un olor a tabaco fuerte en el descampado, cuando en el horizonte agonizan los rayos solares, delata la presencia de un espíritu, entonces, el cuerpo se estremece y experimenta una sensación de miedo; un cazador de venados, mejor, el aprendiz de cazador, que incumplió con los requerimientos establecidos por la tradición, para una caza auspiciosa, no logrará coger una pieza aunque tuviera a esta en el objetivo de su arma, pues la escopeta no dispara o el tiro resulta fallido, es el tayta urqu, el wamani, awki o yaya, quien protege a todos los animales silvestres que son suyos y se hallan en su dominio. Sin el permiso de esta divinidad ninguna caza es posible.