"Solo un par de velas sostenidas por un elegante candelabro iluminaba la amplia sala de aquella casa colonial. Luis de Navarra, haciendo un esfuerzo para ver en esa penumbra oscilante, se acercó al cofre de cuero y metal que reposaba sobre la mesa, y, luego de asegurarle la tapa con un candado, se dejó caer pesadamente sobre una silla de fino cuero tallado."
Este párrafo solo es el inicio de una gran travesía que nos llevará a retomar la Lima de anteaño al lado de "El fantasma del Jirón Huanta" que se recrea en la pluma de Richard Palomino Aguilar con singular finesa en los términos que nos lleva al sueño de lo fantástico y lo paranormal.