¿Cómo hacer que las personas que visitan nuestras reuniones y que aceptan a Jesús como Señor de sus vidas, permanezcan, crezcan y se comprometan con Jesús y con el grupo? ¿Por qué no vuelven aquellos que nos visitan por primera vez?
Lo que sucede en muchos grupos, es que las personas que los visitan
regresan en una o dos oportunidades y después no vuelvan más.
Pero, ¿Cuál es la causa? ¿Por qué no vuelven? ¿Cómo hacer para retenerlas?
El autor realiza este escrito con el deseo de responder a estas interrogantes, presentando los principios que, gracias a su dinamismo, permiten la satisfacción y el gozo de la retención de frutos en nuestras iglesias para la gloria de nuestro Señor.