La tercera Copa del Mundo de Futsal Down de la historia tuvo lugar en Lima, Perú, y fue la segunda edición que se organizó en Sudamérica. Fue un evento multitudinario que marcó un precedente en la historia del futsal internacional. Sin embargo, los auspicios fueron pocos, así como las instituciones que contribuyeron de forma significativa a la realización del evento. Para Ronny Flores, Pierre Espino y Edgard Gómez este torneo fue un sueño hecho realidad. Su participación le abrió las puertas al orbe y les dio la posibilidad de jugar un Mundial en el país que los vio nacer, tierra a la que están dispuestos a entregarle sus vidas sin dudar un solo segundo. La planificación y organización del certamen fue gestionada por el Colectivo Down Perú, una organización sin fines de lucro que viene luchando por la inclusión desde hace casi 10 años, y que hizo realidad una Copa del Mundo que al principio parecía utópica. No obstante, esto nunca hubiese sido posible sin el esfuerzo de todos los seleccionados nacionales que dejaron una parte de su alma en las canchas de fútbol sala.
“...Yo estoy dispuesto a todo por el Perú. Vamos a esforzarnos por dejar al país en un podio de una Copa del Mundo, como nunca se ha visto en la historia del fútbol y Futsal nacional. Queremos darle orgullo a nuestras familias y a todo el país. Nosotros daremos la vida por estos colores”, Edgard Gómez Valenzuela, capitán de la selección peruana de Futsal Down.