ISBN 978-612-00-9894-3

Reseña

El Perú cuenta con un gran patrimonio inmaterial heredado de grandes sociedades que se fusiono con el proceso de conquista española, habiendo heredado hasta la actualidad una basta diversidad cultural que hoy en día ha adquirido protagonismo frente a la globalización. Cajamarca es una ciudad ubicada estratégicamente en la sierra norte del país, lugar de paso entre la costa y la selva, está llena de historia, cultura y tradición Forman parte las festividades tradicionales que son parte de la cultura popular como lo es el Carnaval Cajamarquino, el mismo que se desarrolla en el ámbito urbano y rural bajo determinados patrones regidos por una tradición que se renuevan constantemente al ritmo de la versatilidad que muestran las nuevas sociedades.
La importancia del fortalecimiento de las identidades locales y la salvaguardia de la memoria colectiva a través de la valoración del conjunto de bienes culturales materiales e inmateriales que constituyen el patrimonio cultural, el mismo que es resultado de un proceso y dinámica que se ha transmitido en el tiempo desde las generaciones pasadas en relación a sus dinámicas urbanas y las diferentes manifestaciones culturales como son las festividades, la cosmovisión, la religiosidad y la oralidad popular de la comunidad, destacando la renovación y evolución de la fiesta en su trayectoria histórica mostrando ahora las variadas formas de celebración y democratización cultural de esta fiesta en la sociedad cajamarquina.
El libro se distribuye en diferentes capítulos, empieza entendiendo al carnaval en el mundo, en América Latina y en el Perú, por ello los primeros capítulos ayudan a entender las diferentes expresiones del carnaval en tiempo y territorio. Con este libro se pretende difundir el valor de esta fiesta tradicional como patrimonio inmaterial; además de contribuir en la construcción de identidad local con un sentido de pertenencia y apropiación socio cultural, siendo el eje fundamental la alegría de los cajamarquinos.
Este libro es una compilación de años de investigación de la fiesta del carnaval, en que incluye entrevistas, conversatorios, exposiciones, registros fotográficos, análisis de textos, revistas, boletines, oralidad popular, escritos inéditos, información histórica, y recuerdos familiares, resaltando el rol que desarrollé como responsable de la organización en el año 2016 en donde se empoderó la frase Saludamos, con alborozo, la aparición de un nuevo volumen bibliográfico referente a nuestro renombrado carnaval cajamarquino. Su título, “Carnaval de Cajamarca, la fiesta más alegre del Perú”, escrito con mucha dedicación y cariño por la arquitecta e investigadora cajamarquina, Sandra Cerna Merino. Sin temor a equivocarnos, esta denominación describe perfectamente el espíritu entusiasta y dicharachero de los cajamarquinos, especialmente, cuando se trata de la celebración de la fiesta más popular e importante de nuestro pueblo.
Después de hacer una breve referencia de los orígenes más remotos de la fiesta del Rey Momo, Sandra se profundiza en los aspectos más trascendentes de la celebración del carnaval de nuestro pueblo, tomando como punto de partida, los primeros años del siglo pasado, hasta los inicios de la década de 1970. A partir de este año, se producen cambios muy significativos, especialmente, en lo que concierne a la organización y participación decidida del pueblo de Cajamarca. Los gestores de esta transformación tan importante, fueron: El ingeniero Adolfo Amorín Bueno, un cajamarquino muy querido en nuestro pueblo, quién fue nombrado alcalde provincial de Cajamarca; el doctor Fernando Silva Santisteban, distinguido intelectual de nuestra tierra, que fue nominado teniente alcalde de nuestra Municipalidad. Como concejales, hoy llamados regidores, otras personalidades de mucha notoriedad en aquellos años, dentro de las cuales voy a mencionar a Víctor Campos Ríos, gran conocedor de la fiesta de carnaval, de nuestras costumbres y tradiciones. Todos ellos, con el profundo cariño a la tierra y el dinamismo que los caracterizaba, bajo la batuta del señor alcalde, decidieron darle una nueva fisonomía a esta fiesta de tanta trascendencia. Es necesario dar a conocer a la colectividad, el valioso y oportuno asesoramiento de un gran cajamarquino, don Rodolfo Ravines Ravines, investigador infatigable y coleccionista, que trabajó en bien de la cultura del pueblo cajamarquino.