Desde el descubrimiento formal del Nuevo Mundo por parte de los europeos en 1492, han existido muchas teorías antagónicas acerca del poblamiento de las Américas. Este trabajo busca demostrar que el poblamiento inicial de las Américas fue un proceso complejo, el cual involucró la participación de varias poblaciones provenientes de más de un foco de origen en el Viejo Mundo, y que tales poblaciones llegaron paulatinamente (a modo de pulsaciones sucesivas) al Nuevo Mundo, aportando sus respectivos rasgos físicos, lingüísticos, genéticos y sobre todo culturales, los que a su vez se fueron reemplazando, asimilando e incluso mezclando a través del largo proceso de adaptación y asentamiento en un medio ambiente inestable durante la transición Pleistoceno–Holoceno. Dos pilares básicos de nuestro modelo de migraciones múltiples de respuesta ambiental son justamente el paleoclima y la calibración radiocarbónica.