«Nuestro país aún sufre, a veces con cruel impunidad, sus viejos males de corrupción y discriminación. Es verdad que hemos ido aprendiendo a enfrentarnos a esas taras que nos impiden un real progreso en términos de una convivencia saludable y respetuosa de nuestras diferencias. Pero aún queda mucho por pensar y hacer. Es por eso que este libro, en una grata y sorprendente segunda edición, ha procurado colaborar en la reflexión y sensibilización colectivas. La radiografía de un pensamiento fundamentado en la exclusión, detectar sus propias raíces ideológicas, permite ayudar a entender y combatir esa perversa manera de ordenar el mundo. Es por ello que es un deber moral enfrentarnos a todo aquello que no nos permita convivir en solidaridad, justicia e igualdad. Y uno de esos siniestros comportamientos es el racismo. Esta perjudicial manera de relacionarse y jerarquizar, es sumamente tóxica y peligrosa para el tejido social. No queda otra salida sino un activismo y pensamiento que ayude a disolver este problema. Algunos años después, considero que este texto aún tiene validez en detectar las genealogías teóricas del racismo peruano».
Rubén Quiroz Ávila