El poder corruptor trabaja en la sombra buscando formas de capturar los recursos del estado destinados a la inversión pública, en todas sus formas. El poder corruptor abarca también las principales actividades privadas que se desarrollan con toda fuerza en el sistema informal del país. El poder corruptor se mueve con gran facilidad no solo en las entrañas del estado y en la informalidad sino en todos los sectores nacionales a través del contrabando, el narcotráfico, la falsificación, el tráfico humano, el tráfico de armas, el tráfico de la vida salvaje, el tráfico de órganos, la venta clandestina de obras de arte y otros.