A partir de observaciones de clases y de entrevistas a docentes realizadas durante más de una década en diversas regiones del país, este libro explora las características de la pedagogía de la respuesta única que impera en las aulas y su influencia en la construcción de ciudadanos. Maestros y maestras enfrentan un Estado contradictorio que, por un lado, propone un currículo nacional orientado a la formación de ciudadanos democráticos, deliberantes y críticos; pero, por otro, concentra sus recursos en un sistema de medición de aprendizajes que no deja mayor espacio para establecer relaciones críticas con el conocimiento.
Frente a esta incompatibilidad, y debido a la precariedad de sus recursos, los maestros optan por privilegiar la apariencia de intercambio y de construcción conjunta de conocimientos.
Así, se forman ciudadanos cuya relación con el Estado está signada por la sobrevaloración de formalidades y rituales y por la ausencia de diálogo.