A través de estas páginas, queremos reflexionar no sólo sobre el valor educativo, didáctico y formativo que tiene la lectura, sino convocar a todo el profesorado universitario en torno a una idea insoslayable: la comunidad educativa y universitaria deben liderar la reivindicación de la lectura en el aula en todos los niveles del sistema educativo, porque el aprendizaje de la lectura no acaba en primaria, ni secundaria, ni siquiera en la educación superior.
Para que el alumnado universitario alcance la competencia lectora, es necesario programar la lectura en relación con las otras habilidades lingüísticas. Sólo así se puede conseguir que el alumnado domine la competencia en comunicación lingüística.
En estas páginas, que siguen, se ofrecen estrategias para programar la lectura en aula, así como argumentos para reivindicar la importancia que tiene el desarrollo de una programación procedimental que incida en las habilidades lingüísticas básicas. Una vez ojeado este material, el profesor sacará una idea básica: que la Lectura no puede ser una actividad colateral, programada como un quehacer extraacadémico y escasamente temporalizada y evaluada. La lectura debe ser un ítem que vertebre todo el sistema educativo, pues su práctica garantiza la consecución de muchos contenidos curriculares.