Me animé a escribir algunas notas sobre mi profesión de ingeniero de minas, y algunas características de su entorno, con cuatro objetivos. En primer lugar, para ejercer ese preciado don de la libertad de pensamiento y de expresión que felizmente continúa siendo reverenciado en nuestra cultura; en segundo lugar, para que las siguientes generaciones no se tropiecen con la misma piedra; en tercer lugar, para honrar a esa estirpe de docentes que sostienen la cultura nacional haciendo una devoción de la transferencia de conocimientos, y en cuarto lugar, para agradecer a mis amigos y conocidos que van por el mundo preocupándose por el bien común.