Este poemario va desde el amor romántico, que en este caso en particular es casi un amor adolescente, marcado por la inexperiencia, la pasión desmedida y el desconsuelo: «Yo me pongo en frente de ti,/amada colegial, para hacerte una rima,/una danza tranquila, sonrisa, poesía/y después beber juntos tus días». Donde la ternura encuentra su propia manera de manifestarse: «En mis noches tus manos acarician/lo que acariciaba el sombrero bajo el sol./Cuando silba la tetera con agua hervida/es en donde asemejo tu peculiar calor». Hasta reflexiones mayores, como la identidad de ser peruano: «Si de verdad vivimos el arte/ seremos además de ser peruanos,/unos verdaderos, inmortales, hermanos/sin necesidad de que nos una la sangre». Sin duda alguna, este poemario se ha ganado a pulso su inclusión en nuestra Colección Azul. Los invito a adentrarse en sus páginas.