La poesía se ha considerado como un género literario propicio para revelar la interioridad del autor y, por tanto, un espacio catártico por excelencia. Dicho de otro modo, la poesía puede ayudarnos a liberar nuestras emociones, procesar nuestros dolores, enumerar problemas (que, muchas veces, desconocíamos) y desprendernos de lo que nos perturba. Por otro lado, puede perpetuar intensas alegrías y permitirnos volver a vivir todo aquello que conservamos en la memoria. La poesía, también, puede ser un diálogo íntimo con uno mismo, que te permite “ordenarte” y dar forma a todo aquello que no puedes nombrar.