Leer en estos tiempos es una tarea que no a todos encandila, aun así, nadie puede eludirlo por ser necesario para afrontar las exigencias de las prácticas letradas contemporáneas.
En este contexto, hablar de predisposición lectora, y en estricto, de comprender es todo un reto que pocos han abrazado. Es por ello la constante lucha desde distintos flancos sociales para fomentar hábitos lectores orientados hacia la transformación de nuestro entorno.
La competencia de comprensión de textos, es más importante que nunca ya que posibilita una comunicación eficaz, una comunicación que permita convivir en armonía; más en estos tiempos donde los efectos de la posverdad, los fake news y las medias verdades se han normalizado, distorsionando la percepción de la realidad y, por ende, colocándonos en subniveles de captación de significados.
Hablar de comprensión implica desde procesos simples hasta los más elevados: desde el reconocimiento, comparación o de causa - efecto en un nivel literal, las explicaciones y conclusiones en un nivel inferencial, así como hasta los juicios de valor de aceptación o rechazo en el nivel crítico (Ramírez, 2022).