Una de las maneras más certeras de comenzar a reconocernos es en la música. No solamente por lo que transparenta, sino porque es un instrumento viviente de nuestro pasado histórico. Y no solo podemos escuchar y aprender de ella —lo que llevará a su valoración—, sino que al tocarla en conjunto con otros, podemos acercarnos en comunidad y comenzar a reconocernos.
Como reflexión, diría que España se equivocó cuando pensó que la riqueza del Perú estaba en el oro y la plata. Lo cierto es que la verdadera riqueza está en sus manifestaciones culturales. El oro debería usarse para potencializar el patrimonio viviente del Perú, y convertirlo en una capital cultural del mundo. Sus enclaves: las artes.