Desde tiempos inmemoriales, la expresión artística ha denotado la verdadera esencia de los seres humanos. La necesidad de expresar una idea, un sentimiento; o amalayar contar una historia, real o imaginaria, es algo inherente a ellos.
HECTOR HUGO CACERES UGARTE, maestro y artista, hombre de hierro que está venciendo el paso del tiempo, nos demuestra con estos pintorescos y genuinos relatos que nunca es tarde para aflorar el talento innato que poseemos. Y, basándose en vivencias reales del pasado distante, con un personaje central como “Cesar” (prototipo singular de un mancebo intrépido, líder natural y hermano incondicional) nos traspone a esos maravillosos años de juventud, donde, sin malicia alguna, y más bien con la inocencia e ímpetu de quien gusta experimentar, se da rienda suelta a las pasiones y anhelos con el único objetivo de vivir a plenitud para alcanzar la felicidad.
Valoramos y aplaudimos este noble trabajo literario, que es un genial atrevimiento dentro de un mundo donde lo vano y trivial pretenden ganar terreno.