Ninguna obra necesita ser justificada: estas deben sustentarse y valerse por sí mismas. La historia es aleatoria, pero también circular y repetitiva. Los hechos y eventos se inician y terminan en el mismo punto. Sin pretender justificar nada, este libro es solamente un homenaje a aquellos que dieron las mismas vueltas antes que nosotros en el círculo eterno de nuestros días, dejando las huellas que ahora seguimos, girando por siempre, para siempre.