Si se ha de escribir correctamente poesía en cualquier caso hay que enfrentar al discurso de odio, a la resurrección de odios milenarios. Encarar el miedo a la poesía es enfrentar su terror paralizante. Superar este rechazo es abrazar esa verdad ineludible de sopesar las consecuencias de los errores propios. Indagar a fondo en el ánimo de los verdugos, que es lo que hace Renato Sandoval con este poemario, colocando al lector en un espacio incómodo. En el contexto de los discursos de odio y las cegueras colectivas respecto a los valores de sinceridad y conciencia los poemas de Odiario nos ofrecen un refugio. Nos dan un poderoso antídoto para no ahogarnos en el odio que se siente en los nervios y en el alma. Según Ben Lerner, la poesía hace que la gente se sienta excluida; la poesía se percibe como una suerte de amenaza, de ahí que la reacción sea tan intensa y esté tan teñida de ansiedad. En el sentido que sea, siempre tiende a despertar emociones extremas. Y de allí que profundizar en estas aguas sea una tarea difícil en la que el poeta es un buzo que se arriesga a descender a un fondo que es más que el vacío amargo y que el rencor y el resabio. Justamente ofrecer una gama de exploración profunda es el valioso regalo de exigirnos tener firmeza ante la calumnia y la mentira, ante los diversos rostros y tonos de la traición. Tal vez el poema alcanza a darnos una radiografía imaginaria de la amistad resquebrajada. El poema exhuma los venenos que emanan de los cantos de odio y de venganza, de sus estragos. Odiario revela nuestras debilidades más íntimas, nuestras derrotas más verdaderas que no son fáciles de digerir y que duelen aún más que cualquier dolor conocido. Con poderosa diversidad imaginaria, Renato Sandoval nos lanza al reto de sopesar y sospechar, como lo hacemos con el amor extremo, lo que somos por el odio. El poder decir pestes de casi todo. Todo un logro poético más allá de la metáfora evidente: el organizador del banquete poético logra trascender sus círculos viciosos y sus comunidades traicionadas, logra invitar al lector al borde del abismo. Poemario sobre la dificultad de ser. Poesía desnuda de ornamentos. Cantos espinosos y contradictorios que nos desvelan y nos interrogan desde la realidad flagrante de nuestros retortijones, pasando por los lugares soñados, hasta donde la mala fe y el secreto del mal nos arrinconan.