Son pocos los poemarios que logran reunir en un pequeño espacio tantos temas y perspectivas subjetivas de la vida humana. Sin embargo, Si me haces llorar, llorarías explora distintas líneas argumentativas, espaciales y temporales, al tiempo que colinda con distintos aspectos y voces que principalmente sufren o llevan la vida como un gran peso.
De esa manera, el poemario se encuentra dividido en tres segmentos. El primero describe el dolor de vivir, la tragedia de las experiencias humanas y cómo estas afectan cada paso que da el ser humano en su vida diaria, incluso creando un “ellos” acusador que caracteriza a los poderosos y a los poseedores de grandes capitales. El segundo segmento ahonda en otro yo poético, de un espacio distinto y con intenciones revolucionarias, ligado a las poblaciones originarias y el campo, incluso este apartado repite algunos títulos del primero, principalmente, los relacionados con la familia, pero cambiando e incidiendo en la existencia de mundos distintos. Finalmente, el tercer segmento combina distintas historias mundanas, como experiencias escolares y amorosas, las cuales presentan conexiones con distintas circunstancias de la vida.
En síntesis, el poemario ahonda en diversas experiencias, a través de estructuras rítmicas acordes con el sentimiento que desea expresar. Todas se caracterizan por la presencia de la pobreza, el dolor y el sufrimiento ante un futuro desconocido. De esa manera, la dialéctica del “nosotros” y el “ellos” se hacen presente en la mayoría de los versos, para plantear un modelo de mundo caracterizado por distintas aristas, pero principalmente por el dolor de vivir.