La voz propia, la del poeta o la de cualquiera, es talvez una búsqueda permanente, de un personaje y un relato. Y si todas las historias son solo variaciones un mismo viaje, el viaje de todos es la búsqueda de la integración en el absoluto, de la fusión, o del amor. El amor es el otro tema principal que Isabel Lobrand aborda, como recuerdo que se añora, y que se olvida, sin embargo, barrido por las estaciones de paso. Así, el poemario nos habla de un tiempo de duelo. Y de despedida.