Mujeres Fénix es un homenaje a la vida vivida, escrita rompiendo todo tipo de género literario; porque Selmira Cruz Gómez ha logrado concentrar en tres historias, entre doce o catorce líneas todo el desosiego, la brevedad del escalofrío y la iniquidad de una gema que como ceniza resurgirá como Ave Fénix, ¿es posible que los fantasmas del pasado, los malos recuerdos, las perversas pesadillas, nos puedan seguir asustando tras haber en su madura mutación –superado–, ser otro ser en su mismo cuerpo, una Mujer Fénix, es aquella que comprende y acepta su marca sellada a fuego en su alma y en su piel. Esta resulta ser su única y más cercana definición y, aun así, sentimos que al nombrarla se nos escapa entre los dedos como la fina arena del mar.
La Mujer Fénix aprende de sus destrucciones como parte de su constante renacer y camino de evolución hacia nuevos superpoderes. La historia no ha hecho nada más que comenzar y aquellas Mujeres Fénix se están reencontrando y recordando las habilidades de sus dones aletargados en sus ancestrales genes. Esta es una invitación desde la perspectiva de los narradores: la posición de una estudiosa –en el tema actual de resiliencia, historias sobre el abandono, la angustia, y la (re)construcción de las identidades– que merecen ser leídos, celebrados y recomendados.