En Tres historias de amor el autor se aparta del realismo crítico de sus primeros cuentos, para explorar el terreno de la imaginación y la utopía. Los personajes ―seres que llegaron a la adultez, generalmente solitarios, puros y alucinados― tienden a construirse un espacio propio e irreal, extraño al mundo prosaico que los rodea. Encarnan, a su manera, el amor a la naturaleza, al arte y a la humanidad, nos devuelven la capacidad infantil del asombro, de admirar las maravillas que la vida esconde.
En conjunto, los tres textos son intensamente emotivos y rebosan amor y lirismo, ese lirismo melancólico de lo familiar y lo cotidiano que caracteriza a todos los escritos de Cárdich, tanto en prosa como en verso.
Huánuco, 1947-