En la primera sección del libro, se examina la coyuntura histórica de la ciudad de Piura hacia 1835, haciendo hincapié en el estudio de aquellos aspectos que, por entonces, alcanzaron significativa relevancia. En este sentido, resulta pertinente la formulación de las siguientes cuestiones: ¿cuál fue la caracterización urbana de Piura a comienzos de su vida republicada y en las sucesivas décadas? ¿Qué componentes sociales predominaron entonces y cómo evolucionó su contingente humano? ¿Cuáles fueron las principales manifestaciones de la cotidianeidad de esos días? ¿Puede hablarse de una actividad económica sostenible y rentable tanto en la franja costera como en la apartada zona andina? ¿Cuál fue la base laboral en ambos casos? ¿Fue Piura una ciudad apacible políticamente? ¿De qué manera impactaron los recurrentes fenómenos naturales en la ciudad y sus alrededores y cómo fueron afrontados por los pobladores y autoridades?
En la segunda sección, el interés se focaliza en el análisis histórico de aquella institución educativa que, a partir del indicado año de 1835, ostentó el emblemático nombre de San Miguel, que hasta hoy perdura. Desde esta perspectiva, resulta igualmente válido el planteamiento de las siguientes interrogantes: ¿cuáles fueron los antecedentes históricos más descollantes de su creación como tal? ¿En qué contexto tuvo lugar el inicio de las labores académicas y cuál fue su evolución ulterior? ¿Quiénes fueron los responsables de su conducción entre 1835 y 1963? ¿Qué remembranza puede hacerse de aquellos personajes (directores, auxiliares y compañeros de estudio) a nuestro paso por el prestigioso planten en el lapso de 1959 a 1963? ¿Quiénes fueron los autores, letra y música, del vigoroso e imperecedero Himno Sanmiguelino? ¿Cuál es el significado del logevo claustro en la vida cultural de Piura?